sábado, 28 de noviembre de 2009
The Pledge (El Juramento) Sean Penn (2001)
Sobre los hechos recientes que conmocionan al pueblo en mi país, no encontramos más que asesinatos cometidos por ajustes de cuenta, dramas pasionales, o alguno que otro cometido por exceso de alcohol o drogas. Otra fue la época en que hubo asesinos seriales en Argentina, tal es el caso de Francisco Laureana, considerado una de los mayores criminales que hubo en el país. Violó a quince mujeres y mató a otras diez. En febrero de 1975 la policía lo enfrentó en un tiroteo dando muerte a este personaje de doble personalidad y que merodeaba la localidad de San Isidro para realizar sus actos. Más allá con menos fama, pero no con menor cantidad de crímenes, se encuentra Cayetano Santos Rodino, más conocido como el “Petiso Orejudo” y Eduardo Robledo Puch, también conocido como “el angel de la muerte” y Mateo Bancks que cometió siete homicidios en la localidad de Azul.
The Pledge, conocida como “Asesino Oculto” en México y aquí como “Código de Honor” es una película realizada por el actor devenido en director, Sean Penn. Fue este su tercer film realizado en el 2001 después de “Vidas Cruzadas” (The Crossing Guard) (1995) con Jack Nicholson también como protagonista y de “Bajo la misma Sangre” (The Indian Runner ) (1991) primer film que tuvo grandes estelares como Charles Bronson, Dennis Hopper, Vigo Mortensen y David Morse entre otros.
En “El Juramento” (prefiero llamarla así) existe un promesa solemne que hace el detective Jerry Black (Jack Nicholson) que acaba o está a punto de jubilarse como oficial de policía en un pueblo del estado norteamericano de Minnesota. Una niña de 7 años es encontrada violada y degollada en un bosque en el invierno de ese pueblo. Un poco más tarde la policía encontrará al culpable de tan terrible crimen; un indio retrasado mental que compone muy bien Benicio del Toro y que en las secuencias se desaprovecha su enorme (no se si en ese tiempo) caudal actoral al que podía ser explotado dicho personaje en manos del director. Penn que a pesar de tener un rigor excelente en la actuación hace que los personajes aparezcan como con pocas emociones, dando a Nicholson todo el tiempo el circular de la narrativa, demostrando esto en la mayoría de las interpretaciones de los papeles secundarios.
Se puede ver un papel realmente bien logrado por Vanesa Redgrave (Annalise Hansen) en la abuela de la niña asesinada que cuenta un poema sobre los ángeles que recojen al niño muerto y lo elevan hacia el cielo. Pero no es quien puede proporcionar información para Black que sigue pensando que el indio atrapado no fue el que asesinó a la niña y que se compromete ante los padres (el Juramento) a atrapar al que hizo este gran daño.
El guión está basado en una novela de un escritor suizo Friedrich Dürrenmatt que ya viera su adaptación cinematográfica allá por 1958, una coproducción hispano-suiza llamada “El cebo” dirigida por Ladislao Vajda. En aquel guión seguramente no se habrían desarrollados aspectos atrayentes para el espectador, quizás por eso Penn con esta versión no llega a colocarlo como un Thriller con Suspense, si no que resulta una obra más actractiva, actual con introspectiva, pero la falla principal de Penn como dije antes es que sus actores carecen de emociones. Solo vemos los puntos positivos de Jerry Black cuando en su obstinada promesa se embarga hasta su alma, lo vemos pescar en un bote sobre el un gran lago, comprar una vieja estación de servicio, dar alvergue a una madre golpeada por su marido y más adelante jugar con esa niña, estar contento contandole cuentos en su alcoba. A la vez quizás por las actuaciones a que nos tiene acostumbrado Nicholson desde ese gran film de Stanley Kubrick, El Resplandor; vemos que Jerry escucha voces, fuma demasiado y hasta no tiene sexo, el director nos hace creer que hasta este viejo policía puede ser un asesino.
En la versión de Vajda no existe tal compromiso del policía hacia la madre, cosa que aquí Penn resuelve con la obstinación por el cumplimiento de su juramento al punto que puede devenir en locura. (también algo me recuerda esta película de La Ventana Secreta, novela de Stephen King. Sin embargo en las sagradas escrituras se puede anunciar un final al que no estamos acostumbrados en la mayoría de los films o series hollywoodenses; y es que en el Antiguo Testamento se nos dice: “Mía es la venganza, yo pagaré (Dt. 32:35). Por tanto el apóstol Pablo agrega: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro. 12:19).
Dirección: Sean Penn.
País: USA.
Año: 2001.
Duración: 124 min.
Interpretación: Jack Nicholson (Detective Jerry Black), Patricia Clarkson (Margaret Larson), Robin Wright Penn (Lori), Aaron Eckhart (Detective Stan Krolak), Dale Dickey (Strom), Costas Mandylor (Monash Deputy), Helen Mirren (Doctor), Tom Noonan (Gary Jackson), Michael O'Keefe (Duane Larson), Vanessa Redgrave (Annalise Hansen), Pauline Roberts (Chrissy), Mickey Rourke (Jim Olstad), Sam Shepard (Eric Pollack), Lois Smith (Helen Jackson), Harry Dean Stanton (Floyd Cage), Beau Daniels (Rudy), Benicio del Toro (Toby Jay Wadenah).
Guión: Jerzy Kromolowski & Mary Olson-Kromolowski; basado en el libro de Friedrich Dürrenmatt.
Producción: Michael Fitzgerald, Sean Penn y Elie Samaha.
Música: Hans Zimmer y Klaus Badelt.
Fotografía: Chris Menges.
Montaje: Jay Cassidy.
Diseño de producción: Bill Groom.
Dirección artística: Helen Jarvis.
Vestuario: Jill Ohanneson.
Decorados: Lesley Beale.
Etiquetas:
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