Existen muy pocos films serios sobre la lucha profesional. Buena parte de la cultura norteamericana se encuentra inmersa en esa mezcla de comedia, crudo realismo y entorno patético. En El Luchador el director neoyorquino Darren Aronofsky aborda el tema con un drama áspero, directo y muy emotivo. A pesar de no ser un fanático de la lucha libre, recuerda haber ido de niño a ver las peleas en el Madison Square Garden.
La idea de realizar esta película acerca de un luchador la llevaba por algunos años en su cabeza, más tarde comienza a desarrollar ideas con el productor Scott Franklin, que era aficionado a la lucha libre y sabía algo más sobre el tema y juntos conocen al escritor Robert Siegel, los tres desarrollaron la historia que les llevó los siguientes tres años hasta obtener el resultado que vemos en pantalla.
Como resultado nació el personaje de Randy "el carnero" Robinson, un hombre atrapado en un cultura donde los héroes populares obtienen sus quince minutos de fama y entonces, antes que te des cuenta, el público gira para vitorear al más joven y fuerte, e incluso más loco que tu. Sin embargo el deseo de ser amado, de ser adorado sobre el ring, aunque sea por unos pocos minutos jamás se va. En el caso de Randy "The Ram", (coloco esto porque el aplica su golpe maestro, "Ram Jam") ese deseo lo empuja a recuperar esa sensación heroica, con un único combustible, la fuerza de voluntad, ya que su cuerpo hace tiempo dejó su mejor momento y ahora se ve obligado a abandonar el ring por una enfermedad cardíaca.
El guión resultante es la típica fábula de un héroe del deporte devenido en busca de un último triunfo, donde la esencia de la historia nos muestra la lucha por el honor, la dignidad y el amor entre hombres y mujeres. Un drama humano con elementos deportivos pero que habla de una persona cualquiera a la que un buen día se da cuenta que ya no puede hacer lo que llevaba haciendo habitualmente. Un momento en la vida que mucha gente afronta. Para eso, Aronofsky llevó la historia con algo de humor. La extravagancia de los personajes de la lucha libre, sus técnicas chocantes y creativas y hasta el lenguaje secreto y códigos de honor de los luchadores. muchos de estos códigos se introdujeron para confeccionar el guión para hacerlo más realista.
El protagonista
Cuando Mickey Rourke decidió encarnar a Randy, los realizadores se entusiasmaron de que él haya sido finalmente quien asumiera el papel y comenzaron a perfilar los detalles específicos. Todo había cambiado junto a la llegada de Rourke. Comenta el director, "cuando se subió al proyecto, cambió el personaje completamente para llevarlo a su propio terreno". "Abordó el personaje y le puso en el interior su propia vida".
Una interpretación estimulante, muy física, levantando pesas en todo momento y sin dudar a la hora de inyectarse esteroides. El director era consciente de cuán desafiante podía ser ese papel, tanto a nivel físico como emocional, y sabía que necesitaba a un actor deseoso de hacer ese sacrificio para construir ese personaje, con una interpretación desafiante, centrada, jugada sin red. Rourke había aparecido en el ruedo en la década de los ochenta con papeles importantes como Diner (1982), El Corazón del ángel (1987, conocida aquí como Corazón Satánico) dirigida por Alan Parker y coprotagonizada por Robert de Niro, y El Borracho (1987) y se preguntaba, ¿Por qué ese gran talento no se mostraba al mundo? qué le había pasado? Tras hundirse en un infierno, Rourke desapareció del mapa prácticamente. Recientemente había hecho un regreso en la adaptación del comic de Frank Miller, Sin City, Ciudad del Pecado (2005) de Robert Rodríguez.
Las exigencias físicas del papel ya eran extremas. Rourke entrenaba con auténticos luchadores y hacía todas las escenas de lucha en que debía aparecer. Aumentó 14 kg. su masa muscular para su personaje. Ha mantenido combates de boxeo en el ring en calidad de aficionado como de profesional, pero a pesar de eso trabajó con un entrenador físico para crear el cuerpo de Randy, que debía ser fuerte y atlético, aunque también debía aparecer cansado y desgastado.
Rourke, habla acerca de las similitudes entre el boxeo y la lucha libre: "es como comparar el ping pong con el rugby", desde la perspectiva técnica se trata de prácticas completamente opuestas, porque en el boxeo prima el sigilo y la rapidez en tanto que en la lucha libre profesional consiste en mostrar tanto como sea posible y de hacer lo máximo con cada contacto. "Al principio caía como un ladrillo, lo que hacía que me doliera cada hueso de mi cuerpo" –comenta Rourke– "fui a hacerme otra imagen por resonancia magnética. Tenía que aprender a caer del modo adecuado y tratar de asumir en pocos meses lo que a los profesionales tardan años en dominar".
Si los esfuerzos físicos que tuvo que afrontar Rourke fueron increíbles, empalidecen en comparación al costo emocional de un personaje que admite incómodamente pergeñado a su imagen y semejanza. "Hay algunas similitudes y paralelismos con el personaje: está esa parte de mí que se ha perdido y una compresión acerca de ese estado avergonzado cuando no puedes conseguir un trabajo y ya no te quiere nadie. Este tipo vive unos sueños que no tiene certeza alguna vayan a devenir una realidad, y se está preguntando si no será ya demasiado tarde. Esas son razones por las que no estaba del todo seguro que quisiera hacer la película, pues me tocaba todo un poco demasiado de cerca".
La puesta en escena
La decisión acertada de Darren Aronofsky fue rodar las escenas de lucha libre como combates reales, sin especialista alguno, ante un público auténtico. Los realizadores prepararon una serie de combates con promociones auténticas y una serie de peleas previas para mantener al público caldeado. Cuando llegaba el público se le hacía un resumen de como iría el rodaje, y se les animaba a reaccionar del modo más natural. Esos combates que eran tres, filmaban las peleas de Mickey, salían y luego de otras tres volvían a entrar y a rodar nuevamente. En esos combates se ofrecía un buen número, típico de catch, y payasadas muy familiares en la lucha libre, desde usar una hoja de afeitar para sangrar al oponente, usar engrampadoras.
Para mantener el realismo extremo que sonaba entre aplausos y gritos en el ring, el director hizo que Randy Robinson se vea abrumado al enfrentarse a los clientes de la tienda de delicatessen, en forma irónica y con estilo documental. Se dice que no pudieron con el presupuesto para cerrar el supermercado, así que los clientes que entraban eran reales y cuando una mujer se acerca al mostrador y pide pollo, está ocurriendo realmente.
El reparto de actores
Randy Robinson aplaca su soledad fuera del ring en un club de striptease, donde hace tiempo se le permite flirtear amistosamente con una bailarina llamaba Cassidy, quien tambien va acercándose el límite de edad que su carrera permite. Es Randy quien expone sus emociones a Cassidy en un esfuerzo con la única persona quien puede relacionarse fuera del ring.
El director, a pesar de resistir a la similitud entre el luchador y la stripper, más las hallaba fascinantes: ambos usan nombres para el escenario, ambos hacen empleo de su cuerpo para poder comer y para ambos el tiempo y la edad son los grandes enemigos. Además muchos luchadores van a gastarse parte de sus ingresos en un club de striptease y todo eso hacía que tenga sentido para que Randy y Cassidy desarrollaran una amistad.
Para el papel de Cassidy, Aronofsky pensó en Marisa Tomei. La actriz ha alcanzado a interpretar una destacada variedad de personajes. Su papel era distinto a cualquier otro que haya encarnado, y como Rourke, tuvo que prepararse tanto fisica como emocionalmente. Afrontó el riesgo para retratar a Cassidy con un realismo respetuoso, en primer lugar no se sentía emocionada con la idea de desnudarse completamente y ponerse a saltar por ahí o pararse frente al caño. Pero como siempre le ha gustado la idea de enfrentar lo que le da miedo, encuentra un arte auténtico en eso, y que le da una gran fuerza en lo que al personaje hace. Cassidy experimenta el poder sobre el escenario, esa sensación de control sobre los otros. Tambien le pareció de interés el hecho de que en ese negocio está habituada a manipular a los hombres para poder comer, pero que en cambio con Randy no sabe cómo mostrarse o cómo librarse de ese control.
A medida que los realizadores iban desarrollando el guión para The Wrestler (El luchador), se fueron haciendo conscientes de lo duro que podía ser para las familias una carrera en la lucha libre profesional, lo cual les llevó a tenérselas con la relación no resuelta de Randy con su hija, a la que apenas conoce realmente, pero de la que quiere desesperadamente amor y perdón cuando todo lo demás se derrumba.
Muchos de los luchadores desaparecen de sus ámbitos domésticos para lanzarse a la ruta, cuando van a casa no hay comunicación con sus familiares porque en sus hogares dejan de ser especiales. Existen un montón de relaciones trágicas y de matrimonios rotos en ese mundo y los realizadores desarrollaron ese lado de la historia a través del personaje de Stephanie.
La labor de Evan Rachel Wood (Stephanie) saltó a la palestra con filmes como ser Thirteen, (2003) de la directora Catherine Hardwicke, Running with Scissors, (2006), Across the Universe (2007) y The Life Before Her Eyes (2007). Wood comenta que trabajar con Aronofsky estaba en su lista con los que quisiera trabajar; cuando vió su film Réquiem por un sueño (Requiem for a dream, 2000) tenía catorce años. El tratamiento poco ortodoxo que optó el director para con Rourke y Wood fue con el fin de crear una atmósfera cargada e inestable desde la primer escena. Evitó a toda costa que ambos se encontraran, ni siquiera brevemente, hasta el momento en que aparecen en pantalla juntos. Recuerda Franklin: "Mickey llamó a la puerta y ambos se encontraron por primera vez con la cámara ya rodando. Y lo consiguieron en la primera toma, porque realmente se percibe todas las emociones que surgen de su mutuo extrañamiento".
Pese a lo profundo de su rabia con su padre, Stephanie le permite momentaneamente entrar en su vida, ella se ha endurecido considerablemente con su padre porque la ha herido en incontables ocasiones. Tambien existen momentos muy emotivos, como el que surgió espontáneamente cuando padre e hija pasan una tarde caminando por el paseo marítimo y van a parar a un espacio donde hay una calesita abandonada, donde bailan en ensoñado silencio.
Junto al reparto de El Luchador, se halla el comediante Judah Friedlander, mejor conocido por su papel de Frank Rossitano en la serie televisiva Rockefeller Plaza, quien aqui encarna al promotor de luchadores Scott Brumberg. Todd Barry interpreta al desagradable jefe Wayne del supermercado donde trabaja Randy. Por último, se encuentra un buen número de conocidas figuras del mundo de la lucha libre profesional: Ernest "El Gato" Miller, antiguo jugador de fútbol americano y luchador de kick boxing, la estrella emergente y campeón del mundo de los pesos pesados Ron "la verdad" Killings, Smooth Tommy Suede; el duro luchador Necro Butcher, el levantador de pesas Mike Millar y el legendario luchador y manager, Johnny Valiant.
La fotografía es de Maryse Alberti, célebre por sus documentales de investigación como Taxi to the Dark Side (2007), Enron: The Smartes Guys in The Room (2005) y de películas independientes como Happiness, (1988) de Todd Solondz y Velvet Goldmine, (1998) de Todd Haynes.
Para la banda sonora, Aronofsky ha colaborado por cuarta ocasión con el compositor Clint Mansell, quien no hace mucho ganó un Globo de Oro para La fuente de la Vida. Mansell ha trabajado con Slash, el antiguo guitarrista de Guns N´Roses, granbando una banda sonora con influencias de rock. Añadiendo un toque final emotivo en la banda sonora está la canción de los títulos de crédito, escrita por Bruce Springsteen, quien ha contribuido al proyecto debido a la amistad de toda la vida que mantiene con Rourke. Springsteen llamó por telefono a Rourke desde Europa diciendo que tenía algo para la pelicula, después que había leído el guión y por el momento en que se encontraba Mickey. Eso hizo que Aronofsky y Rourke se encontraran luego en el camarín de Bruce en el Giants Stadium, Bruce sacara su guitarra y se pusiera a cantar lo que había escrito para ello. Ambos quedaron impresionados y se sintieron gratificados. "Es una canción que en verdad resume la película y el personaje".
Por último, les dejo un link sobre la película cuyo protagónico y guión son de Mickey Rourke, un film de mas de 20 años: Homeboy (1988), donde Rourke hace de boxeador y que también protogonizó su primer esposa Debra Feuer y Christopher Walken. La música es de Eric Clapton.
Si quieren saber más, hagan clic aquí, donde se habla sobre la verdadera historia de Rourke y sus papeles más jugados y su rechazo al papel de "Butch" en Pulp Fiction y el que hizo Kurt Russell en "Death Proof", ambos de Quentin Tarantino.
Dirección: Darren Aronofsky.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 105 min.
Género: Drama.
Interpretación: Mickey Rourke (Randy Robinson), Marisa Tomei (Cassidy), Evan Rachel Wood (Stephanie Robinson), Mark Margolis (Lenny), Todd Barry (Wayne), Ernest Miller ("El Ayatollah"), Judah Friedlander (Scott).
Guión: Robert Siegel.
Producción: Darren Aronofsky y Scott Franklin.
Música: Clint Mansell.
Fotografía: Maryse Alberti.
Montaje: Andrew Weisblum.
Diseño de producción: Tim Grimes.
Vestuario: Amy Westcott.
Estreno en USA: 17 Diciembre 2008.
Trailer subtitulado:
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